martes, 21 de octubre de 2008

Santiago, texto

Una Realidad Transformada
Santiago Duque

El documental ha sido y será la mejor forma de representación de la realidad, en un medio tan consumido como el cine y la televisión. Como se conoce la realidad es vista de muchas maneras dependiendo de muchas influencias, ya sean de factor histórico, cultural o ideológico.Es bastante interesante indagar el ¿Cómo sería posible transformar lo real para transmitir otro punto de vista, o simplemente completar lo que antes era superficial?. Es decir, tomar la realidad según como se muestra a través del lente de la cámara, en tiempos reales y acciones reales. Para Flaherty (1937), lo anterior era fundamental ya que había que señirse a procedimientos de verdad, para que así el espectador no sintiera rupturas en el proceso del consumo del documental. En principio, no era posible hacer esta transformación de lo que capturaba el lente a lo que realmente el público consumía, pero con la evolución del montaje y su aplicación en contenidos sociales se empezó a ver marcada una ruptura tanto en tiempo como en espacio.”Desde un punto de vista técnico, el mas usual en los manuales de enseñanza, suele entenderse por montaje el hecco de cortar y pegar los distintos fragmentos del copión rodados para dar a la película su forma definitiva o, mejor dicho, con el fin de dotar a las imágenes de continuidad discursiva”

Como dice Llorenç Soler en su texto, Precisiones sobre el Género Documental y el Reportaje, “el documental es el género cinematográfico en que la realidad es más manipulable y en que es más difícil para el espectador percibirlo. La naturaleza del documental es falsa, porque se fundamenta en un discurso narrativo que ha fragmentado previamente la realidad, a través del montaje, esencia de la secuencialidad audiovisual. Hay que valorar qué criterios se utilizan para elegir los fragmentos audiovisuales que finalmente se emitirán”1(SANCHEZ, Biosca Vicente. El Montaje Cinematográfico: Una Inagotable Paradoja. Teoría del Montaje Cinematográfico, España (1991). Pag, 19).


Lo que antes era casi un imposible, desarticulación de tiempo y espacio, por los lineamientos en que se fabricaba el formato cinematográfico, ahora es casi que un proceso obligatorio ya que el montaje enriqueció la manera tanto de ver, de comprender y sobre todo de representar la realidad, que sería el factor decisivo en el documental. “El documental nos ofrece representaciones o similitudes fotográficas y auditivas del mundo. El documental representa los puntos de vista de individuos, grupos o entes que van desde un realizador solitario como Flaherty hasta un gobierno de un Estado…”2. (NICHOLS, Bill (1997) La representación de la realidad. Barcelona, Paidos. P. 154).


Sería la única posibilidad en la que se podría la transformación de lo real, ya que es cuando se tiene dominio del material y es allí donde se entraría a diferenciar de todas las formas de representación posible. Es un proceso de montaje, que pieza por pieza se va armando algo que al final va despertando emociones, decisiones y percepciones de tal vez una realidad que nunca se habría visto. En este sentido se fundamenta cualquier pieza audiovisual, ya que ésta estructura debe ser bien equilibrada. “El documentalista debe ser honrado con sus instrumentos de expresión, para mantener en equilibrio la realidad y la imagen. El documental es un género que construye una ficción, partiendo de elementos obtenidos directamente de la realidad. De todos modos, el documental es un género que desde sus inicios se comprometió fuertemente con la realidad”, añade Llorenç.


Pero para poder lograr respuestas del consumidor, debe haber un trabajo demasiado exigente y de decisiones bien tomadas. Como se sabe es en este proceso de montaje donde priman los efectos sonoros, la labor de la edición como tal y los efectos visuales. Es por eso que cuando una pieza audiovisual es consumida, siempre va a tener un valor agregado. Es decir, los productores van a transmitir una ideología y un mensaje lo más claro y evidente posible para que despierte en ese espectador y lo haga responder o actuar.

También es una intención que desde el montaje esta siendo pensada, es decir, la posibilidad de manipular los contenidos hacen que la pieza no sea tan objetiva, ya que siempre va a tener esa carga extra, que en este caso es impuesta por el autor.Contrario con las ideas de Flaherty está Basilio M. Patino, que considera que, …"es imposible que el realizador de documentales llegue a plasmar íntegramente la realidad. En definitiva el documentalista debe infundir a la realidad un sentido dramático”

Entonces, según Patino, encontramos que si se puede responder al interrogante planteado sobre la metamorfosis de la realidad. Ya se vio que es mediante el proceso de post – producción donde todo cobra vida, donde efectivamente se puede llegar a transformar algo que para el ojo humano es real, donde se pueden generar no solo uno sino diferentes puntos de vista y reacciones.

El montaje es una gran labor, y es desde allí donde se piensa elaborar, toda una sustentación del porque, el como y el que producir un documental sobre teléfonos monederos ambulantes. “… si bien lo miramos, el montaje parece estar destinado. Mas que a operar un engarce material de los fragmentos rodados, a preservar la continuidad, Es decir, que no se trata sólo de unir, sino de hacerlo según una dirección determinada y sólo con ella cobra sentido el conjunto de operaciones anteriores, todas las cuales confluyen materialmente en la sala de montaje”3. (SANCHEZ, Biosca Vicente. El Montaje Cinematográfico: Una Inagotable Paradoja. Teoría del Montaje Cinematográfico, España (1991). Pag, 21)

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